La electroestimulación es una técnica muy utilizada en el ámbito del fitness y la estética. Se trata del uso de aparatos que, mediante impulsos eléctricos, provocan contracciones musculares y, como consecuencia, un efecto similar al que se obtendría ejercitando los músculos.

En estética se usa como tratamiento adelgazante y reafirmante, ya que es una forma de hacer “ejercicio pasivo” y permite aumentar el tono muscular y mejorar la flacidez de los músculos aumentando su volumen, fuerza y resistencia.

Esta técnica solo permite trabajar con un grupo muscular a la vez, es decir, provoca una mayor activación muscular y contracción de las fibras que el ejercicio normal, pero no actúa sobre tendones y articulaciones, por lo que si además se combina con ejercicio (ya que en ningún caso debe suplir a la práctica deportiva), tratamientos en cabina y dieta, los resultados serán mucho más eficaces.

Beneficios:

  1. Mejora la capilarización, así como la circulación sanguínea y el sistema linfático.
  2. Elimina las sustancias toxicas del cuerpo
  3. Se produce una mejoría de fuerza y resistencia
  4. Te ayuda en la recuperación tras una sesión de entrenamiento y en la mejora de ciertas lesiones.
  5. Al ser un tipo de ejercicio que no produce un gran cansancio hace que se tenga mayor aguante durante la sesión.

Protocolo:

Se recomienda utilizar la electroestimulación de 1 a 3 veces por semana y por zona, según el programa seleccionado, la intensidad y el nivel de cada persona. Se estima que una sesión de 30 minutos equivale a una hora de ejercicio convencional.
En cuanto a los programas de adelgazamiento y anticelulíticos, los resultados son visibles a partir de unas 6-8 sesiones, donde ya es notable el aumento de la reafirmación muscular y la pérdida progresiva de masa grasa.